En época de guerras y crisis muchos
ámbitos de la vida cotidiana de los seres humanos suelen sufrir cambios tanto
positivos como negativos. Aunque la moda o la vestimenta se considera que
es un tema superficial y sin mayor
interés, también es un ámbito o una industria
que se ve afectada de diferentes formas ante un acontecimiento histórico.
La Primera Guerra Mundial y La
Segunda Guerra Mundial en específico, fueron acontecimientos que marcaron una
trascendencia fundamental de las tendencias y de las siluetas de la
indumentaria femenina que evolucionaron entre los años de 1910 y 1930. Este
ultimo acontecimiento, ayudó a sustentar aun más, la idea de una liberación y
una supuesta rebeldía de la mujer, tema del que tantas veces se ha hablado
anteriormente.
los problemas sociales y violentos
que se presentaron entre países europeos y posteriormente con Estados Unidos
crearon diferentes limitaciones en las comunicaciones y en el comercio formal,
por lo que luego se produjo una escasez de insumos, de fibras naturales y de
artículos de lujo, obligando a la gente a reestructurar sus pensamientos y
modos de vida, así que era necesario
eliminar lo incensario y empezar a tener en cuenta la funcionalidad y
durabilidad de cada prenda.
Al parecer todos los problemas por más
malos que sean traen cosas positivas y reflexivas y es que gracias a esa
escasez que en un principio era tan traumática, se creó un desarrollo en la
industria del vestido, incentivando a los fabricantes para innovar en materiales
y en formas. como por ejemplo la desaparición que tuvieron las medias de seda,
que fueron suplidas en un principio por las de rayón para luego pasar a ser de
nylon. Aunque tiempo después este ultimo material, también empezó a escasear y
luego desapareció.
Los diseñadores y las revistas de esa
época haciendo gala de lo que a ellos nunca les hace falta: la creatividad.
Buscaban reducir los volúmenes de las faldas y de los sombreros de manera novedosa y que fuera aceptada por
la alta sociedad. Se refugiaban en los artículos que empezaban a circular por
la publicación Harper´s Bazaar, en los cuales resaltaban las nuevas necesidades
de la humanidad o de la mujer, también hacia énfasis en la durabilidad y en la
calidad de la ropa, para que luego se
pudieran usar en diferentes estaciones climáticas.
Se dice que la mejor solución fue
creada por los estadounidenses quienes se motivaron a confeccionar prendas que
podían combinarse de diferentes formas para dar resultados de una nueva
apariencia. Para las mujeres de los años 40´s dos pantalones, dos faldas y dos
chaquetas proporcionaban cuatro pintas diferentes y si se tenían más de dos
blusas se podían hacer maravillas con sus vestimentas.
Lo cierto es que la guerra extendió la miseria por toda
Europa y con ello las necesidades que
ésta empezó a crear. Muchas casas de moda desaparecieron, obligadas a cerrar
sus puertas por la escasez de materias primas y el empobrecimiento de una
clientela en escape. Entre ellas, dejaron un hueco inolvidable Mainbocher y
Vionnet. Poco a poco se fue imponiendo una moda absolutamente dominada por las
circunstancias que rigen al mundo.
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